27 de octubre de 2011

Más horas estás sin dormir y se te hace cada vez más fácil, como si te fueras despertando más y empezás a darte cuenta de qué es importante y qué está puesto nada más que para rellenar la hora y media que dura la película. Las películas tienen que durar una hora y media; las canciones, tres minutos; las vidas, ochenta años... ¿No es ridículo? Habría que medir intensidades. No es lo mismo una hora en misa que una hora con vos.

Tango,
Tango Feroz. 

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