13 de diciembre de 2009

Antes me llamaba Mateo y era director de cine. Desde muy joven siempre me tentó la idea de ser alguien más, además de yo mismo. Vivir una sola vida no me bastaba, así que me inventé un seudónimo. Harry Kein. Un aventurero que por avatares del destino se convertía en escritor. De momento le hice firmar todos los guiones y relatos que escribí. Durante años Mateo Blanco y Harry Kein compartieron la misma persona, yo. Pero hubo un momento en que, de modo abrupto, no pude ser otro que Harry Kein. Me convertí en mi seudónimo. Un escritor hecho a sí mismo por sí mismo. Solo había un detalle que no había registrado. Harry Kein sería un escritor ciego.

Mateo Blanco,
Los Abrazos Rotos.

10 de diciembre de 2009

El hombre: (al público) Me suena el teléfono, disculpen. Es mi mujer.
(al teléfono) Sí, mi amor, sí. Hice todo lo que me pediste, todo. Ya fregué, plumereé, al abuelo ya te lo entré. Hice todo. Ahora estoy con mis amigos… Amigos, no amigotes. ¿Por qué no me creés?”
(al público) Ayúdenme que no me cree mi mujer…
Los amigos: Señora perdónelo, mire que lavó los platos…
El hombre: Llevé al nene al catecismo,
Pasé por el almacén,
Corté el pasto y también…
Los amigos: Le dio de comer al gato…
Ha lavado la espinaca
Le falta ordeñar la vaca
A pesar de estar cansado, ya sacó a pasear al perro
Si usted viera como marcha
El lavarropas a full
Con ese jabón azul
Que deja la ropa blanca
Usted puede estar segura
No la mezcló con la oscura
Los pisos están encerados
Los cuartos bien ordenados
Todas las camas tendidas
Y si usted tarde regresa, él le va a dejar la mesa con la comida servida

No se sabe bien por qué, él anda un poco estresado…
El hombre: (al teléfono) ¿Y mi amor, no me creés? No te enojes, mi amor… ¿Te vas al yoga? ¿Ah, y después a un centro de terapia alternativa? Está bien… Sí, mi amor, vení a la hora que quieras. Yo te prendo el incienso de sándalo ése que es tan rico…
(al público) Me cortó. Esta es la mujer del siglo 21, que como ustedes saben es un invento del tupamaraje. Son estas mujeres que por la cocina pasan si les queda de camino al cuarto nomás. Son una cosa rarísima estas mujeres, que lo que hacen es crear este tipo de hombres, que tienen que hacer todo en la casa. Y ahora la Intendecia quiere hacer un hombre nuevo. Hay un plan que se llama “El hombre nuevo del siglo 21”, que no es otra cosa que el viejo y querido cornudo feliz. ¡Pero ahora además lo quieren reglamentar!

Murga La Margarita, 2008

9 de diciembre de 2009

Hoping for the best but expecting the worst.

Forever Young.

8 de diciembre de 2009

La vida era una fiesta hasta llegar a los treinta,
Ahora te pasó la cuenta…
Tu estado de inconciencia permanente,
Buscando la ocasión para ir al frente,
Sin nada que te detenga.

Te tiraste de cabeza al agujero
Sin pensártelo primero,
De cama en cama, de boca en boca.
Ahora no puedo ocultarte mi dolor al verte así, tan frágil,
Como una muñeca rota.

La noche era el papel donde escribías
Tus mejores fantasías.
Las horas se alargaban y los días...
Los días no existían.
Te encontré una madrugada con el corazón en llamas
Desafiando al mundo con el filo de una copa.
Y justo en ese momento presentí
Que ibas a acabar así
Como una muñeca rota.

Manejabas a la perfección el arte de la huida hacia adelante
Más de uno se dejo los huesos en el intento de seguir el rastro
De tu rumbo itinerante.
La vida gira igual que una ruleta
Parece que ahora te toca
Esperar en un rincón que alguien quiera volver a jugar contigo,
Muñeca rota.

El tiempo fue muy poco caballero,
Ni belleza ni dinero,
Y con la luz del mediodía se fue esfumando de a poco esa alegría
Maldito sol traicionero.
Cada vez que suena tu canción yo recuerdo aquel sabor
Amargo de la derrota.
Es que siempre hay una historia de un hombre vencido detrás
De cada muñeca rota.

Ariel Rot,
Muñeca rota